AL PELO. Or the struggle of having hair | Ana María Quiceno

Invitacion-AL-PELO

Fechas: Mayo 18 –  julio 18 de 2016 | Lugar: Convergencia Creativa


Un proyecto de: Piso Alto

 

Siempre he sentido una atracción muy fuerte por el cabello; me gusta su textura, su apariencia y el hecho de que siendo tan delgado, en conjunto, logre conformar un material voluminoso que podemos cambiar de forma y color según el estado de ánimo o los principios culturales.

A lo largo de mi proceso artístico he comprendido éste interés por transformar el cabello como un ejercicio de poder en el que se relacionan asuntos tanto estéticos como políticos. De tal modo que es posible advertir en la apariencia de nuestro cabello un gobierno del cuerpo que revela asuntos de identidad y aún más, la manera en la que cada uno se construye a sí mismo como sujeto dentro de un contexto social determinado. Es así, como, el cabello humano y otros materiales análogos a él (Lanapelo, hilo y cabello sintético) vinculados en la pintura, el dibujo, la escultura, el performance y la instalación, me han servido para complejizar esa noción de poder y las maneras en las que este recae en mi cuerpo, dando lugar a propuestas que pervierten convenciones culturales y estéticas, para generar experiencias intersubjetivas que dimensione el cuerpo y cuestione las valoraciones sociales que lo determinan

“Al pelo” es una expresión coloquial que significa “al punto” o “listo” En esta ocasión la expresión es utilizada para llamar la atención sobre el pelo; esa hebra o hilo capilar que compone el conjunto del cabello y que día a día los seres humanos se ven en la copiosa tarea de gobernar. Ya sea para lavarlo, peinarlo,  ganarlo o evitar su caída, cortarlo o estilizarlo, el pelo siempre será esa parte flexible del cuerpo que puede ser moldeado casi de forma escultórica, y la forma o el estilo que cada individuo decida darle, no sólo reflejará los principios morales que determinan las condiciones de un contexto social específico, también dará cuenta de las formas divergentes o rebeldes que se expresan frente al orden establecido. Por estas razones, gobernar el cabello, más que un simple ejercicio de cuidado personal, es una actividad política, una lucha que todos los días “toma cuerpo” y construye la subjetividad que se quiere expresar a los otros.

Este proceso creativo consiste en una exploración plástica, que comienza rodeando la idea desde el medio gráfico y busca su formalización a partir de la experimentación con materiales afines al tema, para hablar desde el arte de esta lucha constante por controlar el cabello; por lavarlo, peinarlo y poder decirle al mundo que quedamos “al pelo”.

Ana María Quiceno, 2016

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