PRÁCTICAS CURATORIALES EN COMUNIDAD

Articulación de saberes

Generalidades

Las artes y el poder: El status cultural

La expresión del mundo interior humano, es una necesidad que puede rastrearse hasta los orígenes de lo que hoy llamamos civilización. Un acto espontáneo, resultado del desarrollo de la conciencia individual frente a un mundo grande y complejo. Si se presenta el arte como esta representación de la individualidad, una especie de resistencia al entorno; es posible aceptar el surgimiento de ciertas “individualidades” privilegiadas, que resaltaban por sus habilidades técnicas o su facilidad para expresar este mundo interior de una manera que lograba empatizar con el mundo interior de otros. En otras palabras una forma universal de lo individual. Digamos entonces que son llamados artistas, también que apreciar y poseer sus creaciones se volvió una práctica exclusiva de las personas que podían pagar por ello. La historia del arte, es una historia contada desde la relación con el poder. Por un lado desde los artistas y movimientos que se referencian en ella -la historia- y por otro desde el lugar que ha sido contada.

Máquinas de grabación/reproducción y la decadencia de los formatos de las artes plásticas.

La invención de dispositivos para el almacenaje/reproducción de sonidos e imágenes potenciaron la popularidad de ciertas prácticas culturales. Es innegable que la radio impulsó la música y con ella, la industria discográfica y en pocos años desplazó a esta manifestación artística de ser un privilegio de élites a un asunto popular donde más personas podían acceder.  El cine, por otro lado, fue un lenguaje de masas –su apreciación, nunca su creación- Este formato desde su estructura misma permite la reproducción virtualmente infinita, reproductibilidad técnica como diría Benjamín.

El siglo XX fue sin duda el siglo de la imagen. Desde la aparición de una forma sencilla y confiable de reproducir la realidad, por ejemplo la fotografía básicamente establecía que, para registrar fragmentos del mundo no se necesita ser virtuoso, sólo obtener un dispositivo y comprender la operación de este. Los medios tradicionales de representación como el dibujo o la pintura empezaron a sentirse obsoletos. Surgen un montón de movimientos a lo que se le denomina vanguardias que buscaban, en general, una finalidad del arte, relacionada con posturas filosóficas, realidades sociales y otros factores. La pregunta central del periodo de las vanguardias es ¿para qué sirve el arte? Esta paradoja de ser el siglo donde aparece la imagen como narrativa social y cultural y, a la vez, se vive una crisis dentro las artes visuales confrontada con sus prácticas y su lugar dentro de la cultura, desencadenó en un encanto por las ideas. Los medios de formalización pasaron a un segundo plano. En la discusión de forma y contenido, era este último el que debía interesar a los artistas. Representar fielmente era algo anacrónico. La habilidad técnica fue desplazada por la construcción de gestos, actos, símbolos. La posproducción como práctica artística válida y ampliamente difundida.

En este panorama de nuevos caminos y ejercicios artísticos, se produce un nuevo alienamiento de las artes visuales respecto a la sociedad, ahora no determinado por la capacidad adquisitiva sino por la encriptación que implicaban estas nuevas búsquedas: privilegiar y expresar las ideas sin una materialidad que necesariamente corresponda.

Lo curatorial como categoría (cerrada)

La curaduría como disciplina se inscribe en el arte contemporáneo justo en este escenario, como intento de reunir, comunicar, interpretar y poner en escena manifestaciones muy diferentes entre ellas, pero que seguían denominándose ARTE y necesitaban de alguna guía espiritual e intelectual para ser comprendida.

Parecería que la curaduría podría ser ese puente entre el arte y las audiencias, pero no. El ejercicio curatorial se desarrolló como un campo específico, de difícil comprensión y delegado a intelectuales capaces de tener una visión global de obras, artistas, espacios y demás. La figura curatorial fue un eje alrededor del cual orbitaban discursos, artistas, galerías, museos y otros agentes del arte contemporáneo. Con la inserción de la curaduría, no sólo como disciplina sino como profesión, es decir validada y difundida por la academia, se “formaron” una gran cantidad de curadores para museos y otras instituciones oficiales, lo que generaba la necesidad de ampliar los horizontes, revisar las prácticas de la disciplina y sobretodo posibilitar el acceso a nuevos públicos.

 

 

Prácticas

De aquí partimos

Es importante iniciar mencionando la distinción entre curaduría y prácticas curatoriales. La primera hace referencia a la disciplina que engloba su historia, su desarrollo y la comprensión global del campo del arte contemporáneo. Por otro lado asumir el fenómeno curatorial como una serie prácticas que permiten expandir el concepto a la idea de, por ejemplo, una plataforma comunicativa, dialógica, reflexiva, colaborativa y visibilizadora, desde la cual se pueden poner en común diferentes fenómenos.

Partiendo de esta comprensión se puede narrar el proceso desarrollado en los ejercicios formativos en el marco del proyecto de visibilización de la Red de Artes Visuales. Enfocamos nuestro trabajo territorial a grupos, colectivos de líderes de proyectos en curso en el territorio, estén o no, relacionados con las artes visuales. Pues ahí la flexibilidad de las prácticas curatoriales permite que algunas metodologías sirvan de excusa para un encuentro dialógico donde se comparten ideas, intereses, información e incluso caprichos. Se ponen en interacción con la esperanza de fortalecer procesos y tener una perspectiva de los desarrollos, en este caso territoriales, de interacción con la comunidad.

Acercar los lenguajes curatoriales

La primera fase de los laboratorios es una contextualización general de la curaduría a través de un recorrido histórico de la disciplina y de la palabra. Se ubica a la curaduría dentro del universo arte, pero también fuera de él ejemplificando procesos parcialmente relacionados por ejemplo clasificación, edición, cuidado. Intentar ver el ejercicio curatorial como no únicamente un ejercicio intelectual, sino, que requiere hacer otro tipo de asociaciones o construcciones a partir de otros lugares del conocimiento, como lo inconsciente, el azar, la intuición, las emociones.

 

Los manuales

Otra licencia de asumir el ejercicio desde las prácticas curatoriales, es que se pueden deducir algunas metodologías de producción aplicables a diversos fenómenos. Usamos los manuales como estrategia para la replicabilidad y el empoderamiento. Es importante aclarar que es bienvenida y recomendada la indisciplina, que los instructivos son sólo guías generales, una forma de empezar, un camino, pero cada proceso que se enmarca dentro de las prácticas curatoriales es siempre diferente, depende de las personas allí involucradas, sus estados de ánimo, conocimientos, intereses y perspectivas.

 

Las guías planteadas están enfocadas a diferentes fases de procesos investigativos y de reflexión. Los contenidos están pensados para ser aplicados fácilmente, así:

– Estrategias de recolección información: Tomadas de diversos campos, las ciencias sociales, el arte, las comunicaciones y otras. El registro fotográfico, la descripción a través de la escritura, la recolección de objetos relacionados, el rastreo de prensa, material de archivo, el registro sonoro y otros.

 

– Ejercicio de narración con objetos: Actividad donde se pide desarrollar una narrativa a partir de objetos que tengan en los bolsillos y una ficha de papel donde se puede escribir una palabra relacionada a cada objeto.

 

– Metodología de la montaña: Estrategia de síntesis de información en la que se va decantando como en un filtro los elementos comunes que existen en un fenómeno a analizar.

 

– La dimensión del espacio: Se propone un ejercicio que permita reflexionar sobre el espacio tomado http://kitschic.net/proyectos/libro-casa/. Se plantea, a partir de unos cortes y dobleces de un papel, un espacio tridimensional donde se disponen diferentes elementos con una intención narrativa.

 

– Roles en proyectos curatoriales: Se presentan algunas funciones recurrentes dentro de proyectos curatoriales como producción, museografía, diseño, montaje, comunicaciones, mediación, formación y registro.

 

– Palabras y citas inspiradoras: Se eligen algunas citas sobre la curaduría y algunas palabras que sirven de provocadoras en los ejercicios de conceptualización y desarrollo de proyectos.

Alexander Giraldo – Club Curatorial – 2017

Este fragmento hace parte de la publicación que recoge las experiencias de la Red de Artes Visuales en 2017, un proyecto de la Alcaldía de Medellín, operado por Museo de Antioquia, Piso Alto y Casa Tres Patios.